Desafíos, barajas, y un triplete blanco en mente…
Kylian Mbappé llega al partido contra el Girona más resuelto que un sudoku de domingo. Atrás quedaron esos días de nubes grises que borraban la sonrisa del 9 del Madrid. Ahora, Mbappé es un torbellino con más energía que un niño tras dos litros de refresco de cola. Sus tres goles ante el Manchester City han sido el rey del mambo desde que llegó al Bernabéu, ese lugar donde ya dan por hecho que este chico es más estrella que un telescopio espacial.
En Chamartín, Mbappé ya lleva 28 goles, con 15 de ellos nacidos en casa. No hay defensa que pueda sentir alivio, ni en casa ni fuera, sabiendo que Mbappé podría aparecer en cualquier esquina con su talento para perforar redes. Después de su baile ante el City con ese hat-trick, Mbappé busca romper su propia marca de tres goles, algo que consiguió deleitándonos con figuras como el poker. En la Liga con el PSG, hizo cuatro goles en un santiamén al Lyon, y otro espectáculo de cinco dianas ante Pays de Cassel en la Copa. Incluso le regaló cuatro goles a Kazajistán como si fueran caramelos en Halloween.
Todavía no ha superado esa frontera de los tres goles en el Madrid, aunque ha estado peligrosamente cerca. Sólo hay que imaginarse una escena de dibujo animado donde el balón simplemente se niega a cooperar y quedarse fuera de la portería.
El año 2025 bien podría llamarse «El Huracán Mbappé», con 14 goles en 14 partidos, lo que pone nerviosas a las calculadoras. Comparado con Dembélé, Lewandowski, Kane, Haaland y Salah, Mbappé está bien equipado para plantar bandera en la cima de los goleadores de las grandes ligas. Si todo sigue así, Mbappé tiene 43 goles en su radar, superando los 28 actuales en 38 partidos, y con margen de mejora si tiene un buen sprint final.
Para el Madrid, Mbappé ya es como ese personaje invencible en los documentales. En «Real Madrid, cómo no te voy a querer» de Prime Video, Mbappé ha consolidado su lugar como el capitán de un barco que surca en pos de la gloria, buscando conquistar el tríptico de Liga, Copa y Champions. Este ambicioso triplete, que nunca ha sido capturado en una misma temporada por el club blanco, podría convertirse en el reto definitivo para este galáctico delantera. Con Kylian a bordo, el Madrid tiene todos los ingredientes para cocinar un festín de victorias.