Un baile relajado en el césped…

En el último capítulo del drama futbolístico, Vinicius y Mbappé parecen haber fusionado sus superpoderes en un encuentro que fue más una siesta comunitaria que un partido. ¿Quién necesita adrenalina cuando puedes tener un ritmo de spa? Ni Valverde ni Rudiger se dignaron a levantarse del banquillo, presumiblemente demasiado ocupados perfeccionando el arte de la relajación activa. Los jugadores del Real Madrid, con más tranquilidad que una tortuga en vacaciones, cometieron la asombrosa cantidad de una sola falta entre diez. ¡Récord Guinness en camino, señores!

Antes de que los escépticos se rasguen las vestiduras, no, no fue por miedo a los penaltis. Un cartel de «Respeta el fútbol» provocó una sinfonía de pifias y pitidos, dejando claro que el respeto no está de moda esta temporada. Por otro lado, David Alaba reapareció para deleite de todos, cual Fénix futbolero resurgiendo de sus 434 días de hibernación lesionada. Y mientras Alaba estiraba las piernas, Vinicius y Mbappé tejían su mágica conexión en el campo.

A pesar de que Vini estaba en una sequía goleadora como pocas, y que el “me lo llevo” de Mbappé iba en aumento, nuestro querido carioca no se rindió. Prefirió regalar asistencias como si fueran caramelos en un desfile. ¿Un culebrón deportivo sin drama ni celos de por medio? Parece que sí, y les aplaudimos por ello, aunque el ego de alguna que otra estrella seguro que no se lleva tan bien con esto.

Así pues, en tiempos de paz futbolística, celebremos al dúo maravilla que empieza a cobrar fuerza. ¡Que sigan bailando y haciendo magia, aunque el único marcador alterado sea nuestro ritmo cardíaco por las carcajadas!