El nuevo hechizo croata que encantó a todos…

Maestro de maestros, eso es Luka Modric. En una galaxia no tan lejana llamada Bernabéu, este croata sigue lanzando pases como si usara una varita mágica. A sus 40 años, aún se atreve a desafiar a las leyes de la física y, por lo visto, también del envejecimiento humano. ¿El secreto de su elixir de juventud? Nadie lo sabe, pero muchos especulan que es el café con churros de Madrid.

Cuando Carlo Ancelotti dice «Modric es como el buen vino», no es porque el croata se pase las noches de cata en cata, sino porque mejora con los años. Algunos dicen que hace alianzas secretas con Dumbledore para seguir deslumbrando en el campo. Hablan de comparaciones con Xavi, Iniesta o Pirlo, pero para muchos, Modric es el Obi-Wan Kenobi del mediocampo, aquel que trae equilibrio y paz.

Quizás no vuele ni se haga invisible los martes por la tarde, pero Modric ha sido visto convirtiendo pases imposibles en goles de oro. Su último truco, un golazo contra Girona digno de enciclopedias mágicas del fútbol. Si preguntas por Modric en cualquier rincón del planeta, la respuesta será unánime: «El tipo que desafía a la gravedad y a las expectativas, ¡olé!»

El tipo con el que nadie quiere pelearse por el último trozo de pizza en el vestuario. Querido por todos, odiado por ninguno, este campeón croata sigue recibiendo aplausos allá por donde vaya y es que, cuando Modric juega, las nubes se apartan, el sol brilla y los pájaros parecen cantar el himno del Real Madrid.

Quizás no pueda jugar cada minuto de cada partido, pero cuando está en el campo, todos sienten que algo especial va a suceder. Como en una película donde el protagonista siempre salva el día, Modric tiene esa aura mágica. Y mientras siga regalando momentos de pura fantasía, todos estaremos pegados a la pantalla, esperando el próximo hechizo del croata. ¡Que la magia continúe!