El Real Madrid y su Odisea Sin Ceballos…

Oh, tristeza en el reino madridista: Dani Ceballos ha decidido tomarse unas inesperadas y forzadas vacaciones tras su encuentro a lo gladiador con el suelo de Anoeta. El pobre Ceballos, que estaba en modo “Super Saiyajin”, se retira a su cueva de sanación justo cuando había conseguido un puesto dorado como titular indiscutible en el Real Madrid. Siete añitos de ardua espera, solo para que la mala pata (literalmente) se interpusiera en su camino hacia la gloria.

Los madridistas están más preocupados que cuando se acabó el bocata de calamares en el bar. ¿Por qué? Porque el chaval había encontrado el mapa del tesoro para rellenar el vacío galáctico que dejó Toni Kroos al salir pitando. Su debut en el once había sido todo un coctel explosivo de energía y equilibrio que hacía tararear “La Macarena” al mismísimo Carlo Ancelotti. Pero ahora, nos quedamos sin ese toque mágico que Ceballos nos regalaba, mientras el mister intenta un truco de magia para rediseñar el centro del campo sin su pieza estrella.

Y es que desde que Dani decidió salir a brillar más que un diamante en tienda de Tiffany’s, hemos dejado de tener quebraderos de cabeza sobre la salida de balón. Pasamos de “Houston, tenemos un problema” a “Houston, todo bajo control”. Vamos, que Dani era igual de importante que el Wi-Fi que no falla en casa.

Mientras tanto, Ancelotti, que ya tiene un máster en malabares tácticos, sigue optimizando su 4-4-2 defensivo y enchufando a sus jugadores cual pilas Duracell. Ni cortos ni perezosos, el partido de ayer ante la Real Sociedad fue tal que así: no dio para escribir una oda futbolística, pero los merengues sacaron adelante el encuentro sin despeinarse demasiado. La Real apretó, pero los de blanco se defendieron como gato panza arriba.

Y ahora, ¿quién será el caballero de brillante armadura que dirija la orquesta? Nadie, a excepción del incombustible Luka Modric, que sigue tan en forma como un yogur griego, tiene la habilidad para mover los hilos como lo hacía Ceballos. Aunque Modric, con sus encantos, no puede estirarse más que un chicle.

Dani estaba siendo un titán en medio campo, ganando batallas al más puro estilo “Juego de Tronos”, y esto es algo que no se consigue así como así. Así que ahora, mientras Ceballos resetea para volver a la batalla, Ancelotti tendrá que sacar un conejo de la chistera para que nadie eche tanto de menos a Ceballos… ni tampoco a Kroos. ¡Vaya reto, mister!