El encantamiento que lo tiene en un segundo plano…
Arda Güler, nuestro joven Houdini turco, llegó al Real Madrid y descubrió que el verdadero truco de magia no es hacer goles, sino casi desaparecer de la alineación. A sus 62 kilos, con una maleta llena de ilusión y un aura de promesa galáctica, se propuso sumergirse en un programa ‘infalible’: ganar músculo como si se tratase de recoger cromos. ¡Ocho kilos de puro músculo, señores! Y todo para qué… para aumentar su capacidad de parecer invisible en el campo. Menos mal que Ancelotti nos asegura que es parte del encantamiento, como el de Rodrygo, Vinicius o Valverde, es decir, tiempo al tiempo… o al reloj de arena.
Con solo 1.051 minutos en 28 partidos de pura ‘magia discreta’, Arda ha aprendido el arte de jugar al escondite en el césped mejor que nadie. Mientras tanto, la BMVR (Benzema, Modric, Vinicius y Rodrygo), el cuarteto fantástico, lo dejan boquiabierto en el banquillo. Hasta ahora, su mayor truco parece ser conseguir que Carlo no lo olvide en la cafetería del estadio.
Se dice que su habilidad con la zurda es como si tuviera un pie mágico, definido por Toni Kroos como «irreal», pero para Carlo, lo más real es que mantenga el balón y no haga desaparecer la táctica del equipo. Porque en el Madrid, la defensa es tan valiosa como un sombrero de copa al que todavía le falta un conejo.
Y aunque el exfutbolista Tayfun Korkut asegura que su futuro en el Madrid sigue escrito en el libro de hechizos secretos, sus estadísticas muestran que, al menos de momento, Arda está aún en busca de su varita mágica. Tocó el balón 42 veces, pero solo creó una chance y no disparó a portería: el clásico caso del mago que hace trucos detrás del telón.
Así que, admiradores de los trucos, nos quedamos esperando a que Arda no solo baje de su escoba mágica en la Copa, su único refugio, sino que también levante la varita en el Bernabéu. De momento, su papel es el de ilusionista con contrato a largo plazo… «¡Abracadabra!», repitió Carlo tras un amistoso abrazo. Vamos, que todo está bajo control hasta que consiga aprender el hechizo definitivo: ser el mejor sin desaparecer. Arda sonríe y sueña con el día en que su truco más asombroso sea brillar en lugar de diluirse. ¡Que la fuerza mágica te acompañe, joven padawan del ataque blanco!