Compromisos europeos y un partido de cuidado…

El Benito Villamarín será hoy el plato fuerte con sabor a Europa en el que Betis y Real Madrid se la juegan. Ojo, que ambos tienen compromisos continentales pronto, pero aquí nadie se duerme, ni aunque el sofá sea muy cómodo. Los de Sevilla y los de Madrid llegan con energías renovadas como si hubieran desayunado triple ración de churros con chocolate.

Ancelotti tiene tarea con sus bajas, pero ojo que ha reclutado a Modric, Camavinga y Tchouaméni para liderar el barco. Parece que los madridistas jugarán al Tetris, encajando piezas para cubrir las ausencias de Bellingham, Ceballos y Valverde, quienes se han tomado unas vacaciones anticipadas, esperemos que inesperadas.

Y a quién no le gusta un partido con drama. El Real Madrid defiende su estandarte tras deslices en la Supercopa y busca encadenar éxitos entre tortillas de patata y noches de Champions. Las polémicas arbitrales han sido el picante que puso al Barça en el podio, pero los blancos quieren demostrar que sin picante también saben ganar.

Por su parte, el Betis viene vitaminado tras su paso triunfal por Getafe. Pellegrini sufre también el síndrome de las bajas malditas, con medio equipo en modo «out of office». Pero ojo, con Antony y su magia en el campo, más Cucho Hernández haciendo de las suyas, los verdiblancos intentan colarse por sorpresa y ¡quién sabe! dar un susto a los de Chamartín.

Las estadísticas no mienten: el Real Madrid se siente como pez en el agua en el Villamarín, pero los béticos nunca pierden la esperanza. Enfrentamientos recientes revelan una clara tendencia blanca, pero ya sabemos que en el fútbol los récords están para romperse.

Con Isco jugando contra sus antiguos compinches y Jesús Rodríguez queriendo ser el gallo del corral, el partido promete acción, emociones y, claro está, algunas carcajadas. Prepárense para un duelo donde la pelota y las bromas están garantizadas.