El Real Madrid, un sobre sorpresa con flor…

Mientras Isco derramaba amor en el Villamarín, el Madrid perdía sus esperanzas ligueras más rápido que una chaqueta lanzada en una discoteca. Ahora los merengues dependen de que el Atleti y el Barça compartan puntos como buenos hermanos, y quizá de algún milagro de San Bernabéu.

Pero no nos preocupemos demasiado por la liga; lo verdaderamente divertido es ver cómo el Real Madrid se convierte en una margarita en primavera. Cada partido es un juego de pétalos: ¿ganarán? ¿no ganarán? Esta incertidumbre es más emocionante que un capítulo de tu serie favorita.

En el vuelo de regreso, el mantra era claro: “Elegimos los partidos”, algo que se repetía como la canción del verano. Y en medio de esta turbulencia emocional, Vinicius comparte: “Un mal partido ayer de todos, pero ya está”. No, Vini, ¡no está! El Real Madrid no puede pedir vacaciones de primavera cada vez que aparece un rival como el Betis, que disfruta estropeándole la semana a grandes equipos.

Con un derbi en el horizonte, y ante un Atlético revitalizado, el Madrid necesita presionar el botón «apetece jugar bien». Carletto y los fans lo agradecerían, y seguro que Twitter se encargará de recordárselo a Vini si olvida cómo funciona esto del fútbol.