Brahim vs. el club del pijama…
Caminen lento, ferozmente, que el Madrid espera. Brahim Díaz se lució cual Leonardo da Vinci con el pincel, mientras que sus compañeros Mbappé y Vinicius lucían más cómodos que un domingo de pijama en el sofá. Ancelotti opinó que hay quienes corren y quienes hacen magia. Brahim dijo “¿por qué no las dos?” agitando la varita futbolística con estilo Jedi. Casi rompe a Giménez por pura cortesía antes de sacar un gol digno de videojuego. El Bernabéu, emocionado, le regaló una despedida para enmarcar.
Simeone y su ejército parecían más organizados que un desfile militar, anulando a los blancos como si jugaran al escondite con puertas trampa. El Atlético mantuvo al Madrid bajo presión, mientras los merengues simplemente se quedaban parados, meditando si Zara tendría alguna rebajita extra. Mbappé confundió el partido con un juego de tetrix, pero en su defensa, quizás no había actualizado el sistema operativo.
Modric salió al rescate con su toquecito de alquimia, entre aplausos de “¡al fin acción!” Camavinga, lavándose las manos como Pilatos, perdía oportunidades sin mucho drama. El Metropolitano se prepara para el desenlace, porque en el Bernabéu el Madrid tuvo más suerte que un gato con siete vidas.