Ancelotti desvela sus estrategias olímpicas para vencer en los penaltis…

Carlo Ancelotti, convertido en el Maquiavelo de los banquillos, atendió a la prensa tras la épica clasificación del Real Madrid a los cuartos de final de la Champions. Con la cara de quien ya ha ganado una guerra de nervios, Ancelotti confesó que cambiar a Tchouaméni por tener amarilla fue más arriesgado que una cita a ciegas.

Durante la tanda de penaltis, el entrenador tuvo un «momento Matrix»: decidir entre el frío Rüdiger o el joven Endrick para el tiro decisivo. Al ver la cara de Endrick más nerviosa que una tostada cerca del borde de la mesa, confió en la tranquilidad de Rüdiger, quien acabó siendo el Houdini del gol.

El partido fue como una novela de misterio con un toque de comedia. Ancelotti, entre filósofo y humorista, comparó los penaltis con una lotería: «siempre cara o cruz», dijo mientras dejaba caer que su billetera agradece que esta vez cayera de su lado. Lo que está claro es que el Atlético se fue con los ánimos altos y el Real Madrid con un boleto dorado para la próxima ronda. ¡Que venga el siguiente desafío!