El central del Madrid: un rayo en 125 días…
Raúl Asencio comenzó noviembre 2024 como el as bajo la manga de Ancelotti, una de esas cartas que solo usas cuando te toca bailar con la más fea. Desde el Castilla lo subían al primer equipo como quien pega un parche en un pantalón roto, esperando a que Alaba se pusiera operativo. El 2 de noviembre, todavía con su camiseta del Castilla, Raúl solo podía soñar con el glamour de la Premier. Pero la vida se le torció para bien: Tchouaméni se dobló el tobillo en una pirueta inesperada y Militao decidió, nuevamente, que la mejor manera de enfrentarse al mundo era desde el banquillo tras romperse el cruzado. Así, nuestro insólito protagonista debutó en Chamartín, sin imaginar el torbellino que se avecinaba.
Con un pase largo que dejó a Bellingham boquiabierto, Asencio se encargó de mostrar que venía a ser mucho más que un personaje secundario. El seleccionador De la Fuente quedó prendado, ya que el chico parecía llenar cualquier hueco en defensa como si fuera un comodín del Uno. Raúl dejó su marca enfrentándose a Haaland como quien toma un café. Ahora, su convocatoria para enfrentar a Países Bajos nos revela que tiene más velocidad que una botella de cola agitada y abierta de golpe.
La inmortalidad le espera en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas el lunes. Tal vez no haya jugado nunca antes con la selección, pero está claro que Asencio ha puesto el pie en el acelerador y no tiene freno. Recordemos que Nacho también hizo una entrada fugaz por la selección una vez. ¿Casualidad? ¡Ni pensarlo! Aquí comienza una historia digna de contar en MARCA Arena y, quién sabe, quizá en pubs de toda España.