Adrián Blanco y el día que el Madrid se despidió…
¡Oh la la, señores y señoras del balón! En Mestalla se vivió un drama digno de telenovela: el Real Madrid, en una interpretación poco aplaudida, cae ante el Valencia por 2 a 1. Al parecer, Hugo Duro, con sus botas mágicas, señaló el camino a casa para los madridistas postrando un gol en el último suspiro, haciendo que el título de liga para los merengues se viera más lejano que el Polo Norte. Si el Barcelona, con su magia azulgrana, decide ganar al Betis, el Real Madrid podría estar persiguiendo sombras a 6 puntos de distancia.
Adrián Blanco, el honesto crítico de Radio Marca, no se cortó y sacó el látigo verbal: «Parece que el Madrid decidió tomar un curso sobre cómo perder oportunidades». En cuanto al equipo de Corberán, nuestro sabio defensor es como un queso suizo, lleno de agujeros pero con un sabor que deja a todos boquiabiertos. Hasta Álvaro von Richetti amenazó con escribir una novela sobre el resurgimiento del Valencia y sus esfuerzos titánicos: «¡Ese equipo de abajo que se ocupe, el Valencia viene con todo!».
La guinda la puso Álvaro von Richetti quien, en un alarde de lógica futbolera, descubrió un misterio digno de Ágatha Christie. «¡El Real Madrid hizo 21 remates y el Valencia, con estilo ninja, solo dos… ambos goles!». Definitivamente, un guión digno de estudio para los «rematologistas». Porque en el fútbol, de mística y de azares, como decía aquel viejo filósofo del césped: ¡es la grandeza del fútbol, amigos míos!