El imparable Madrid y su alergia a caer en cuartos…
¡Atentos, terrícolas! El Real Madrid se lanza a los cuartos de final de la Champions 2024-25 como un cohete blanco desde el Emirates, en Londres. Ancelotti, el estratega italo-misterioso, ha prometido que buscarán dejar una quinta huella cósmica consecutiva en las semifinales, como la versión futbolística de Indiana Jones siempre en busca del santo grial. Los blancos tienen tal habilidad para sortear esta fase que los cuartos de final han empezado a ingresar en la fase del anonimato como el lunes en una semana laboral.
Imagina ser el Mónaco en 2004, la última vez que vio al Madrid despedirse precozmente de la Champions. En ese entonces, el Bernabéu se convirtió en un teatro de sueños para Morientes, que por un momento jugó al estilo Shakespeare y puso a los galácticos a buscar pañuelos. Desde entonces, el Madrid ha convertido las noches de cuartos en un espectáculo de fuegos artificiales. La última vez que olieron un fiasco en Europa, Alejandro Magno todavía no había terminado de conquistar Persia…
Desde 2011, el fin de los días en cuartos para el Madrid es tan raro como ver un unicornio paseando por Gran Vía. Los blancos han aplastado a un glosario internacional de equipos como si jugaran al tetris futbolístico: Tottenham, Borussia Dortmund, Bayern, Juventus y, por supuesto, varios equipos ingleses, que deben tener Madriditis. Así que, mientras los enemigos tiemblan, el Santiago Bernabéu sigue siendo la gran fábrica de sueños de la casa blanca, lista para un nuevo capítulo celestial en las semifinales. ¡Viva el deporte rey!