El trío de faquires futboleros…
¡Atención, terrícolas del fútbol! Imagina estar en la jungla, rodeado de leones fieros y solo tienes tres bananas para calmar su hambre… pero dos están ya peladas y podridas. Así es la vida actual de un equipo que depende de tres jugadores estrella, solo para descubrir que dos han estado de vacaciones desde hace siglos en una isla desierta con Wi-Fi limitado.
La situación es tan surrealista como ver a un árbitro intentar bailar flamenco mientras sopla el silbato. Estamos hablando de un equipo que se parece más a un carrito de helados en medio de una tormenta de nieve que a un titán del fútbol. No hay más que ventiscas futbolísticas y espera, ¡espérate a que vuelva la sesión de yoga para que algunos de estos chicos recuperen el flow con el balón!
Los valientes de la delantera nos hacen sentir como en una montaña rusa donde el pico más alto es llegar al minuto 45 sin un calambre monumental. Si el fútbol fuese una paella, en este caso se les quedó sin azafrán – mucho arroz, pero poco sabor. Eso sí, entre lesiones y saudades, los aplausos no cesan, esperando que pronto suene su canción de regreso triunfal, digna de unos gladiadores que lo han dado todo en el coliseo del fútbol. ¡Madre mía, qué show más meri20tico!