El epic fail del Real Madrid en Londres…

Cuando en Londres el reloj da la hora del té, Declan Rice decide que es la hora del gol… ¡a balón parado, señores! Thibaut Courtois dijo que lo de poner uno más en la barrera es como echarle más azúcar al café: siempre es mejor pecar por exceso. Pero el belga vio pasar la pelota con más curva que una carretera de montaña, mientras Declan se convertía en el David Copperfield del césped, ¡haciendo goles de todos los ángulos!

Nada más acabar el partido, Courtois confesó que en momentos de falta sus barreras son más sólidas que una montaña de arena. Resulta que Rice, quien nunca había marcado de falta en su vida, decidió hacerlo por partida doble, como quien se aficiona al yoga en cuarentena. Thibaut dijo que esas faltas eran tan innecesarias como una calculadora en examen de lengua, ¡y que cada vez que Rice disparaba era como si lanzara una bala de cañón!

Pero tranquilos, fanáticos merengues, nuestro buen Thibaut pidió a la afición que saque las bufandas, le ponga fe y prepare el Bernabéu como una fiesta de cumpleaños. Con el optimismo de un niño que busca su regalo, Courtois espera que con un par de goles caídos del cielo, el tercero venga rodando como un conejito rodante por una colina. Todavía cree que la remontada es posible, ¡y que con un poco de magia pueden hacer desaparecer hasta el 3-0 adverso!