La tertulia del drama madrileño…
Ay, querido aficionado del fútbol, si creías que sabías lo que era un drama, espera a escuchar lo que pasó en Londres. Nuestro Real Madrid, ese gigante de pies grandes pero con resbalones épicos, cayó ante el Arsenal como quien pierde su sándwich favorito en el recreo. Los sabios tertulianos, esos gurús con la bola de cristal siempre empañada, debatieron si el equipo blanco necesitaba un arquitecto o un jardinero. Según Pedro Riesco, el banquillo del Madrid parecía una obra de Picasso, incomprensible para el ojo humano, mientras que el campo era una tragedia shakespeariana.
Entre tanta calamidad teatral, los jugadores del Madrid decidieron que tal vez sería divertido jugar a las estatuas, olvidando que en el fútbol el objetivo es mover la pelotita. La defensa del Madrid parecía una banda de samba descafeinada y al entrenador Ancelotti solo le faltaba sacar una varita mágica. Pero no seamos malos, el pobre Carletto no podía hacer magia con lo que parecía un casting de extras de una serie B. Ancelotti fue acusado de desordenar sus fichitas, pero algunos opinaban que el equipo estaba más desordenado que un armario en rebajas.
Javier Tintó, el Sherlock Holmes del fútbol, nos lanzaba una deducción espectacular: Rodrygo, ese joven Padawan, debería brillar, pero no en el campo sino desde el banquillo. Parece que al insigne misterioso se le olvidó que los juegos de tronos son para la tele, no para la Champions. Mientras tanto, del otro lado del país, Gavi y la pandilla catalana se preparan para enfrentarse al Borussia Dortmund. ¿Será que el Madrid necesita unas clases de cómo ser protagonistas? Al parecer, en el Bernabéu, más que un milagro, necesitarán llamar a los Vengadores. ¡Socorro, alguien que traiga el popcorn que esto se pone bueno!