Un día de furia y goles inesperados…

¡Agárrense bien de sus asientos porque Kylian Mbappé eligió el peor día para hacerse una entrada digna del mismísimo Torbellino Taz! Ese movimiento más parecía sacado de una coreografía de baile que de un campo de fútbol. Como si un elefante hubiera intentado convertirse en bailarina de ballet en una tienda de cristales. Y ni hablar de la cara del árbitro; se quedó pálido como si hubiera visto un fantasma con camiseta.

Justo cuando pensábamos que teníamos que proteger a los artistas de los palos ajenos, resulta que los artistas a veces se creen Terminator y al final ¡acaban haciendo entradas de juzgado de guardia! Parece que Mbappé se saltó el desayuno ese día y decidió desayunar emociones fuertes en el campo. Es una obra de arte moderna en sí misma, pero no creo que queramos repetirla.

En el centro del campo el equipo del Madrid estaba más combativo que un grupo de monjas en una oferta de zapatillas cómodas, y Camavinga aprovechó para marcar un gol que fue tan preciso que dejó al público boquiabierto. Al menos, él sí tenía el GPS bien calibrado. Puede que Mbappé haya perdido un tornillo, pero el espectáculo sin duda no faltó. A ver si la próxima vez juega al fútbol en lugar del ‘juega como puedas’.