La patada que no sacó ni tarjeta amarilla…
¡Atención, atención! El superestrella francés Kylian Mbappé hizo un movimiento digno de las artes marciales mezclándolo con el ballet al realizar una entrada a Antonio Blanco que dejó a todos en el campo esperando la catástrofe. Pero ahí vino Iturralde González, el árbitro superhéroe con gafas de rayos X, para salvar el día. ¿Qué dijo? Que la entrada no fue grave porque Antonio ni se despeinó. ¡Incluso salió caminando como un campeón olímpico de marcha! Vamos, que terminó todo en una tarjeta roja que solo durará poco rato.
Imagínate a Iturralde haciendo de entrenador de Angry Birds explicando que Mbappé solo tenía un calentón pasajero, como cuando un pajarillo enfadado choca contra un cerdo verde de cartón. A pesar de la clara expulsión con tarjeta roja del color de un tomate bien madurito, nuestras fuentes nos dicen que gracias al techo reglamentario de películas de acción, Mbappé se perderá solo dos partidos y no la ansiada final. Milagros de la ley del fútbol.
Mbappé, que posiblemente se creyó Hulk por un instante, pidió disculpas a Antonio Blanco, asegurando que la entrada fue solo un mal paso en su coreografía de la samba mientras jugaban al fútbol. Esto demuestra que hasta los superhéroes necesitan a veces un reset de fábrica. Al final, la gran final de la Copa del Rey tendrá a su estrella francesa más brillante listo para bailar entre defensas. ¡Aventuras del fútbol, señoras y señores!