El Real Madrid desafina ante Arsenal…
¡Ay, Real Madrid! Si el fútbol fuera una ópera, lo de los blancos ante el Arsenal sería más un concierto de sopranos desafinando que una sinfonía gloriosa. En este partidazo tan épico como una paella quemada, solamente Courtois y Vinicius saborearon la pimienta de la contienda mientras el resto del equipo parecía ir para un picnic al Parque del Retiro. ¡Catástrofe futbolera nivel Titanic en el Bernabéu!
El héroe Courtois se puso la capa de súper portero en el minuto 7 para salvar un penalti con más chulería que una película de Tarantino. El resto de los jugadores, sin embargo, parecían extras en un anuncio de calzoncillos largos: Rüdiger más activo en ataque que Griezmann en un karaoke, y Tchouaméni pasando desapercibido como un ninja en un concurso de mimos. Ancelotti, fiel a su pasión por el fútbol físico y con menos cambios que el menú del chino, se enfrentó al plan táctico de Arteta como si fuera una pelea de almohadas: con poco impacto.
Vinicius, el único que parecía haber desayunado Weetabix con hormiguitas corredoras, fue el peligro más constante. Su gol fue más un regalo de Papá Noel en agosto que una jugada orquestada. Y hablando de agostos, el desacierto de Mbappé recordó a aquellos veranos en los que parecía que cada día de piscina traía una nueva medalla… pues ahora el chapoteo fue sonoro, pero de los que no traen ningún premio. En fin, madridistas, otra noche para olvidar… o para reír, si lo prefieren así.