El guerrero gallego y su charla post-derrota…

Ay madre, nuestro querido Lucas Vázquez se ha vuelto tan filosófico que parece un sabio de la aldea gala del Iberian cómic club. Ahí estaba él, con mirada pensativa, al borde del césped, hablando con los de Movistar Plus+, como si estuviera a punto de dar un discurso motivacional para las plantas del Bernabéu: «Ha sido un partido más difícil que explicarle fuera de juego a tu abuela», decía, mientras agarraba el micrófono como quien sujeta una copa que se escurre.

Al parecer, el balón no tenía ganas de bailar la danza del tiki-taka esa noche; se portó peor que un balón medicinal en un recreo de secundaria. Los del Arsenal parecían haber plantado una muralla que ni Asterix hubiera derribado. «Quizás faltó esa claridad de las películas en blanco y negro», reflexionaba Lucas. Imaginen a los arsenaleros vestidos de caballeros medievales, protegiendo su castillo con toda el alma, mientras el Real Madrid intentaba encontrar la puerta trasera entre empujones y gritos de gol fallidos.

A pesar de todo, Lucas se mantiene más optimista que un vendedor de helados en pleno verano. «El madridismo sabe que nos dejamos la piel, como quien se broncea en pleno agosto», declaró con una pizca de esperanza. «Queda más temporada por delante que episodios de una telenovela turca», añadió. Así que ahí va Lucas, dejando mensajes criptográficos de despedida o de fortaleza, que ni los jeroglíficos se lo merecen. ¡El Real Madrid aún tiene mucho por lo que luchar, y la sonrisa de Lucas no se la quita ni un rebaño de ovejas!