Un gol, una defensa y una posible mudanza…
¡Trent Alexander-Arnold! Su regreso fue más esperado que el estreno de la última de los Vengadores. Tras sacudirse el polvo de un mes de lesión, volvió para marcar un gol que dejó a los hinchas del Leicester tratando de vender palomitas como plan B. Gracias a su zapatazo a lo «David contra Goliat», Liverpool va camino de su 20ª Premier. Pero ay, Leicester, ese gol te mandó al sótano de la liga como un ascensor sin frenos.
Mientras Liverpool intenta retenerlo con promesas de Daenerys y dragones, los rumores apuntan a que el simpático lateral podría andar coqueteando con el Real Madrid, dejando a Anfield temblando más que un flan en un terremoto. Algunos fans llegaron a gritar más que un papagayo en un concierto de heavy metal, pidiendo que Trent fuera exiliado al banquillo.
Pero apareció Arne Slot, lanzando discursos como si fuera el mismísimo Martin Luther King del fútbol. «¡Es de locos dudar de su compromiso!», decía con tono épico mientras la multitud imaginaria coreaba a su héroe volver de entre las lesiones. El mister casi eleva un altar de brócoli en su honor, porque que no se diga que no cuidamos la salud aquí.