La trama de los horarios pone al mundo del fútbol patas arriba…
¡Atentas criaturas futboleras! Parece que la Liga se ha convertido en la Torre de Babel de los horarios. Madrid y Barça siguen quejándose como si les hubieran programado un partido al amanecer sin café ni croissants. Todos señalan con dedos acusadores al omnipresente Javier Tebas, que podría ser el Dr. Evil de los relojes deportivos. En ‘Buenas Noches y Buenos Goles’, el debate estaba más caliente que un sándwich de microondas.
El comentarista David Sánchez, con el ceño fruncido cual profesor que pone un examen sorpresa, destacó la «falta de tacto». Parecía descifrar el enigma de los horarios como si de un jeroglífico egipcio se tratase. Mientras tanto, Raúl Varela, cual filósofo del balón, afirmó que el Madrid no puede escudarse en las pocas horas de descanso como excusa si pierde la final. Vamos, que ni una siesta de 1.000 ovejas les salvaría de una derrota.
Nacho Peña nos iluminó con una revelación digna de un detective novel. Las televisiones, que hasta ahora se llevaban todos los abucheos, resultaron ser inocentes. ¿Cómo? Parece que los clubes, como magos con truco bajo la manga, pueden pedir horarios en masa. En resumen, el misterio del calendario sigue creciendo mientras los entrenadores intentan conjugar sus tácticas con el reloj como si de un sudoku imposible se tratara.