Del verde césped al hospital…
El pobre Camavinga ha visto cómo un tendón rebelde ha decidido que era hora de tomarse unas vacaciones anticipadas en el mundialmente famoso balneario llamado «Camilla de Hospital». Tras una glamorosa interpretación en el pasillo clínico, resulta que el aductor izquierdo del centrocampista francés ha dicho «hasta aquí llegamos» y se ha despedido con una rotura espectacular que ni Houdini podría deshacer. Así, se despide de lo que queda de temporada, incluido el glamuroso escaparate del Mundial de Clubes. El tendón prometió volver en unos dos meses, aunque ya sabéis cómo son los visados postales: a veces tardan más de lo esperado.
Este drama, de tintes casi shakesperianos, empezó allá por agosto, cuando el destino decidió que el mejor guion para Camavinga era participar en «Lesiones: el reality show». En un fatídico entrenamiento pre-Supercopa de Europa, su rodilla decidió que quería más protagonismo, generando un choque con Tchouaméni digno de una escena de acción de película. Desde entonces, ha vivido más lesiones que un manual de medicina, robando así al joven jugador la oportunidad de brillar más que un balonazo en la cara.
No contento con solo una lesión importante, Camavinga quiso hacer una entrada triunfal en la final de la Copa del Rey como lateral izquierdo. ¡Ancelotti confiaba tanto en él que le reservó como ingrediente secreto! Pero, como si de una comedia slapstick se tratara, una colisión con Milla en el minuto 85 desencadenó la tragedia: «Me he roto», susurró a los ángeles de la enfermería. Y así, se cierra el telón de una temporada más revolcada por las lesiones que un saltador de cama elástica con vértigo. Nos despedimos del espectáculo Camavinga, esperando que su próxima temporada se parezca menos a un episodio de telenovela médica.