Enfrentando penaltis y titulares ardientes…

El Real Madrid y el FC Barcelona se enfrentaron en la final de Copa y fue un partido digno de una temporada de telenovela, con giros dramáticos y tensión dignos de la mejor obra de Shakespeare o, al menos, de Barrio Sésamo. En medio del caos, el legendario narrador Juan Carlos Rivero, el único capaz de convertir un saque de esquina en poesía épica, habló tras la victoria culé. Al parecer, cada vez que el VAR interviene, sube la audiencia como la espuma, casi como si estuvieran repartiendo pizzas gratis por la tele.

Rivero, conocido por su grito de gol que resonaría hasta en Marte, confesó no escuchar sus propias narraciones, probablemente porque tiene cosas más importantes que hacer, como seguir narrando otros eventos épicos o perfeccionar la receta de la tortilla de patatas perfecta. Sin embargo, asegura que su táctica es cantar los goles con la equidad de un árbitro de colegio, ni más ni menos. Entre sus favoritos, recordó la final de 2011, probablemente mientras soñaba con el gol perfecto.

Sobre las críticas en redes, Rivero tiene una filosofía zen: si ya tienen el meme listo, ¿para qué sufrir? El mundo del fútbol es solo otra gran sitcom, y él, como el narrador inseparable, disfruta cada minuto de la función. En cuanto a su contrato para futuras finales, nos deja en ascuas, pero suena como si renovar fuera solo una excusa para quedarse más tiempo en esta extravaganza llamada Clásico, donde todo puede pasar, incluso que te hagan Baba O’Riley de una vuvuzela.