La odisea del central entre quirófanos y anécdotas…

Antonio Rüdiger, hombre de acero (excepto meniscos), ha hecho una visita al taller del Real Madrid para una operación en su pierna izquierda. Como un mecanismo suizo con piezas fuera de lugar, Rüdiger fue reparado por el doctor Leyes, el mago detrás de este truco de magia médica. ¿El resultado? Unas vacaciones en casa de entre cuatro a seis semanas, mucho antes de volver a la arena deportiva. Por suerte, los aficionados del Mundial de Clubes podrían ver al gladiador alemán rugir de nuevo si su recuperación va como un gol en propia puerta: ¡traspié interesante pero inesperado!

Nuestro protagonista, además de ser un gran defensor, reveló habilidades como lanzador de objetos no identificados… pero identificables. Tras ser expulsado por un presunto lanzamiento de un objeto desde la zona técnica, Rüdiger fue diplomáticamente escoltado por sus colegas de Real Madrid, casi como si escoltaran a un torero en una corrida. ¿Habrá intentado batear una mosca con tanta vehemencia? ¡El misterio queda en el aire como un balón en ralentí!

Ancelotti, el filósofo italiano del fútbol, defendió a su pupilo con un tono que rozaba lo poético: «No estaba más lesionado que un cachorro tras correr una maratón. Solo estaba cansado, como después de un atracón de pasta en domingo». Con este optimismo pastoral, Rüdiger queda con la misión de reponerse del drama meniscal y, quién sabe, quizá ensayar sus habilidades de lanzamiento solo donde no haya cámaras.