¡La telenovela del mágico bigote italiano!…

¡Ay madre, panelistas! Carlo Ancelotti está más perdido que un pinguino en el Sahara entre dos gigantes: Brasil y el Real Madrid. Según cuentan por la radio estos días, uno ya no sabe si el bueno de Ancelotti va a dirigir a la canarinha o si simplemente confundió un GPS brasileño con uno de la M-30 de Madrid. Dicen que Ancelotti y Brasil estaban casi más atados que mi abuela a su silla en la verbena, pero parece que Brasil en vez de samba va a danza Rococó con el entrenador italiano.

Raúl Varela, experto en telenovelas futboleras, nos tiene en ascuas y cuenta con voz de misterio que lo que era cuestión de horas, ahora son días. Acabo soñando con Ancelotti escribiendo cartas al equipo brasileño mientras Madrid, por no llorar de risa, compite en La Liga. Imagino a Ancelotti encerrado en el vestuario, con Santos Cañizares recordándole que Arabia Saudí le tiene más miedo que a un perro sin bozal y que Brasil no espera ni a que el gallo cante el himno.

La gran pregunta es: ¿Elegirá comodidad este veterano del fútbol o se irá a nadar con tiburones brasileños? Mi bola de cristal está empañada, pero mientras tanto, hasta Raúl Varela parece que ha tomado asiento junto a Cañizares en el sofá del suspense, con unas palomitas y un gran letrero: ‘¡No firmes, Carlo, hasta que lo vea mi abuela!’.