Claudio Giráldez, el alquimista sin repetidor…

En una maniobra digna del arte del ilusionismo, el equipo del Celta ha decidido tomar un atajo hacia las competiciones europeas, algo así como si Tintín se metiera a corredor de fórmula uno en un triciclo. Su director técnico, Giráldez, parece haber encontrado las llaves del cohete espacial que los llevará de vuelta a la Vía Láctea del fútbol internacional, y sin pestañear lo anunció tras la reñida victoria contra el Villarreal. Ahora los valientes celestes tendrán que aventurarse por la Galaxia de los Grandes: primero al Santiago Bernabéu, una especie de Mordor futbolístico, y después por tierras tan salvajes como Sevilla o tan truculentas como el Rayo Vallecano. ¿El séptimo puesto? Es casi tan codiciado como el último churro de la feria.

Los celtistas ya tienen un historial de enfrentamientos épicos y armados con el destornillador sónico del buen fútbol, han competido con los gigantes blancos que rondan el Bernabéu. En el último duelo cayeron en una prórroga digna de una película de acción, con un toque de dramatismo VARiano a lo Alfred Hitchcock, que casi hace erupcionar el volcán de la polémica. Esta vez vuelan ligeros de equipaje, aunque se rumorea que llevan alguna fotocopia del ‘Diccionario del Perfecto Árbitro’.

Mientras tanto, Claudio Giráldez, conocido por muchos como «El Houdini del banquillo», sigue su tradición de desorientar a cualquier detective del fútbol que intente anticipar su alineación, demostrando que sabe ocultar sus cartas mejor que un mago en Las Vegas. Así que, ¿quiénes serán los valientes que salgan al campo? ¡Imposible de saber! Solo queda preguntarse si Iago «El Pirata» Aspas saltará desde el inicio o si, cual ave fénix, emergirá del banquillo para resucitar al equipo en los últimos minutos. Prepárense, la aventura europea está por comenzar.