¡Otra remontada imposible y vuelta a casa!…

El Celta parece haber encontrado la receta secreta para hacer que un partidazo en lugar de un tablero de ajedrez parezca una competición de pesca. Porque vaya, menuda hora de partido inactiva se marcaron en el Bernabéu. Se quedaron sentados en una hamaca imaginaria mientras los goles llovían a cántaros. Pero, como buenos superhéroes celestes, los de Giráldez se pusieron la capa y salieron a buscar el empate con un marcador 3-0 en contra. ¡Adiós, tranquilidad, ahí va el Celta al rescate!

Javi Rodríguez y las incorporaciones mágicas de Moriba e Iago Aspas hicieron que los jugadores vigueses trataran de abrirse paso como verdaderos gladiadores. Fue el gol de Williot Swedberg el que volvió a darles chispa y les hizo soñar con un milagro mientras buscaban como locos el empate en los minutos finales. El tercer gol del canterano y el cuarto del sueco en liga esta temporada será sin duda digno de las hazañas de Hércules. La insistencia céltica es igual de inquebrantable que la de un mosquito a la luz de una farola. ¡Clasificación europea, allá vamos!

Nuestro amigo Claudio Giráldez debe tener un póster gigante en casa donde los once galácticos celestes brillan como estrellas de cine. Presentó un once nacional con siete valientes que ya jugaron en el filial. Tras el choque, Borja Iglesias se recogió las lágrimas con una toalla y confesó: ‘Hemos estado ahí, una pena.’ Claro, Borja, estar ahí es importante, aunque sea para saludar al Bernabéu y sus travesuras habituales. ¡Ánimo, Celta, que el próximo partido viene con sorpresa y tapa incluida!