Batallas, dragones y ascensos en la cantera del Madrid…

En Valdebebas, los tambores de guerra resuenan como si los Stark y los Lannister estuvieran a punto de jugarse el Trono de Hierro. La Fábrica del Real Madrid está en modo de altísima presión, con más ‘finales’ que un festival de telenovelas. Y es que aquí, nos jugamos la planificación de la próxima temporada como si fuera el menú del día en el castillo de un rey muy hambriento.

El Castilla se calza las botas cual caballero medieval antes de enfrentarse al Mérida, un choque que no es otra cosa que pieza central de este tablero de extraño ajedrez futbolístico. Si los chicos de blanco no ganan, los planes de ascenso quedarán tan desinflados como los globos de una fiesta infantil pasada de horas, y vaya si eso escuece. Mientras, en la trinchera de los apuros, el Madrid C está más apretado que un pantalón tras las cenas navideñas, al luchar por mantenerse en Segunda RFEF enfrentándose al temido Villanovense, con épica y panderetas de fondo.

Por otro lado, los juveniles pasean con sus varitas mágicas y sueños de grandeza. El Juvenil A, con Arbeloa al frente, busca dominación universal y la Copa de Campeones como si fuera la búsqueda del Santo Grial. Y el Juvenil C, convertido en un aspirante a Jedi, quiere levantar su trofeo como si fueran Luke en Dagobah. Entre dragones imaginarios y victorias rotundas, este fin de semana en Valdebebas tiene más emociones que la temporada completa de una serie de aventuras.