El plan maestro de Xabi con tres pinceles…

Había una vez, en un lejano planeta llamado Fútbolandia, un galán llamado Xabi Alonso que decidió cambiar sus botas mágicas de gol por un pincel y un caballete. Allá por 2017, en una conferencia digna de la mejor película de suspense, Xabi, aquel que ponía los balones donde ni siquiera la gravedad se atrevía a desafiarlos, anunció su retiro del fútbol junto a su confidente, el sabio gurú del balón Carlo Ancelotti. Según el maestro italiano, Xabi tiene la varita mágica para transformarse en un genio de los banquillos. ¡Atentos, entrenadores, no vaya a cambiaros la alineación con un hechizo!

Así, el caballero de la melena impecable, decidió que su formación secreta, una ópera de tres centrales, sería el bastión inamovible en sus planes de juego. No, no es que Xabi se haya convertido en el nuevo Dalí del fútbol, aunque su estilo de juego pueda ser tan surrealista como un elefante volador. Su enfoque no es para nada radical, sino más bien una danza que lleva al equipo a una aventura futbolística cada vez que pisan el verde césped.

Con tanta destreza como un ninja en pleno combate, Xabi Alonso ha demostrado que su esquema es tan flexible como una goma de mascar después de cinco días en el bolsillo de un pantalón. La gran comunidad futbolística espera que, con tal pericia, Xabi no solo siga pintando oportunidades de gol, sino que logre después de cada partido crear una obra maestra que sería capaz de resistir incluso las críticas del árbitro más severo. ¡Que comience la función!