El dilema más español que el gazpacho…

Imagínate ser Sergi Darder, estrella de un equipo que está más emocionado que un niño el día de Reyes. El Mallorca sigue soñando con las noches europeas como si esperaran recibir a Messi para una paella en Magaluf. Nuestro protagonista de la tertulia ‘Buenas noches y buenos goles’ confiesa que el vestuario cada vez se aferra más a su sueño, en parte gracias a una victoria tan deliciosa como un bocadillo de calamares. A pesar de que vienen de una racha más irregular que una línea dibujada en el bus, este triunfo les ha dado un chute de energía que ni en las rebajas.

Aunque desde fuera perciben a Mallorca igual que a un billete de 500 euros —dicen que existen, pero nadie los ve ganar—, dentro del equipo, el lema es perseverar y nunca temer. Como si fueran un grupo de superhéroes en una película de bajo presupuesto, Darder rememora la épica a lo David contra Goliat cuando vencieron a la Real Sociedad contra todo pronóstico. Eso sí, el calendario sigue siendo más complicado que hacer una tortilla de patatas cuadrada, pero el Mallorca está con más ilusión que un adolescente con entrada para un concierto de reguetón.

Por último, llegó el momento de los dramas típicos del fútbol español: el amor secreto por el Barça. Darder revela entre risas que, aunque por sus raíces le cuesta apoyar, el vestuario del Mallorca se ha enamorado del fútbol azulgrana como un abuelito de primeras 10 rosas del Día de San Valentín. Por supuesto, sabe que visitar el Bernabéu para el próximo partido es como ir al espacio: difícil, emocionante y mejor con casco. Pero oye, lo que se rasque del Madrid, ¡será otro trofeo para la colección!