Oblak y la épica del cerrojo perfecto…

El sábado pasado, el archiconocido SuperJan Oblak, también conocido como el portero con reflejos felinos y guantes de acero, dejó su portería a cero por decimoquinta vez en LaLiga. Como un chef que siempre prepara la sopa perfecta, Oblak hizo su clásica parada marca de la casa. Y no contento con esto, en su día libre, decidió asistir (de manera invisible, claro) al Clásico, para ver a Courtois en acción y asegurarse de que su trofeo Zamora esté más cerca que nunca.

La noticia es que Courtois encajó cuatro goles frente al Barcelona, lo cual dejó el camino más despejado que una autopista a las 3 de la mañana para que Oblak acariciara su sexto trofeo Zamora. Imaginen, queridos aficionados, si sigue así, los palmares del Atlético de Madrid necesitarán un anexo solo para su colección de Zamoras. Comparado con Ramallets y Víctor Valdés, Oblak es como el Messi de los porteros. Este fenómeno del balón redondo viene dejando su marca, o mejor dicho, su cerrojazo, de forma épica.

Con un promedio de 0,79 goles por partido, Oblak maneja una distancia sideral frente a Courtois, que se queda en 0,96. Y si no juegan más misteriosas tretas en el campo, Oblak podría ganar el Zamora sin moverse de la portería. La Liga le espera con los brazos abiertos y un trono dorado tallado con guantes de leyenda. SuperJan vuela y el Olimpo de los porteros se prepara para recibirlo con una estatua de oro suculenta. Así que, amigos y fanáticos, abrid vuestras sombrillas de aplausos: ¡El show de Oblak continúa!