El Clásico como un episodio de telenovela…

El FC Barcelona, en un giro más inesperado que encontrar piña en tu paella, dio la vuelta al Clásico dejando al Real Madrid con más preguntas que un examen sorpresa. El equipo de Hansi Flick, cual patinador sobre hielo sin miedo a las caídas, supo sobreponerse a un inicio de partido más torcido que los cuernos de una cabra, demostrando que tienen más recursos que un chef en ‘MasterChef’.

En el ilustre programa ‘La Pizarra de Quintana’, que suena más a un tablero medieval que a un análisis deportivo, Mónica Marchante confesó que pensó por un momento que el Real Madrid había venido para quedarse con la victoria. Pero rápidamente cambió de opinión, un cambio más veloz que el bolsillo de un mago, al ver la remontada del Barça, que más bien parecía que había activado el modo ‘superhéroe del fútbol’.

Mientras tanto, Miguel Ángel Román, seguramente con una copa de café humeante en la mano, señalaba que el Barça es tan predecible como un lanzamiento de dados, pero con una estrategia tan afinada que haría sonrojar al mejor planificador de fiestas. Porque sí, señores, cuando el balón se mueve con más ritmo que un grupo de mariachis, es difícil parar al Barça en su vendaval futbolístico. Ah, y no olvidemos la química entre sus jugadores: puro amor futbolero, digno de una novela de amor deportivo. ¡Olé!