El baile presidencial se convirtió en tango…

Un lunes cualquiera, abres las noticias y te encuentras a Rodrigues confesando que su anuncio más sonado fue porque alguien cantó antes de tiempo. Imagínate a alguien haciendo spoiler en Navidad al gritar «¡Aquí viene Papá Noel!» antes de que lleguen los regalos. Y ahora, como si hubieran puesto a bailar flamenco a un grupo de pingüinos, Rodrigues es destituido tres días después de su gran revelación porque la Justicia brasileña decidió que las cuentas no cuadraban, y no hablamos de matemáticas.

El honorable Supremo Tribunal Federal, que parece el nombre de un grupo de música clásica, ha decidido que Rodrigues ya era famoso en el mundo de los destituidos, con dos títulos en el mismo campeonato: el de «Presidente destituido, edición 2023». El juez Zefeiro, con una precisión ninja, puso fin a la fiesta en la que ni Ancelotti quiso faltar, y ha dejado a la CBF con más suspense que una película de detectives. ¡Elemental, querido Watson!

Con un giro más inesperado que descubrir que su carpintero es un ninja en una obra de teatro, Fernando Sarney toma el relevo, al menos hasta junio ¡O hasta que decidan que no ha salido volando con un paraguas mágico! Y mientras todo esto ocurre, Rodrigues anda por Paraguay, añorando a su banquillo, más perdido que un pez en una pecera sin agua. Esperaremos las elecciones, ansiosos por ver quién será el próximo héroe de este telenovelesco drama futbolero.