La aventura del fichaje en el reino de la burocracia…
El Real Madrid, ese club donde parece que hasta el césped es de otro planeta, está empeñado en fichar a Alexander-Arnold. Hablamos de encontrar una manera tan surrealista de hacerlo que bien podría salir en una película de aventuras de los 80. La cosa va así: imaginemos un agujero de gusano mágico que se abre el 1 de julio, el mismo día que los relojes del fútbol parecen sincronizarse. Es un momento tan místico que hasta los gremlins se conforman y Billy Peltzer suspira de alivio.
Los magos de la burocracia mundial han decidido que, en teoría, el Real Madrid podría hacer malabares para cambiar dos jugadores como si fueran fichas de dominó. Pero atención, tienen que moverse más rápido que un delantero en fuera de juego, porque hay que hacerlo 48 horas antes del próximo partido. Alexander-Arnold, mientras tanto, parece estar en un limbo parecido al de los tazos, esos que hace falta una habilidad com papas fritas para coleccionar.
Pero la magia del fútbol no es siempre como se planea, y el pobre Alexander-Arnold sigue atrapado en Liverpool. Mientras tanto, el Madrid se apaña con Dean Huijsen, un caballero tan valiente que ni Sir Lancelot en sus mejores tiempos. Viene desde Bournemouth como si respondiera a una llamada de la épica madridista, dejando atrás su contrato como quien deja su paquete de gusanitos por una final de Champions. ¡Bienvenido al Bernabéu, Dean! Parece que el destino le tiene reservado un papel protagónico en esta novela épica de telarañas y tijeras de oro.