Un reencuentro de amigos más esperado que un penalti en el 90…

¡Oh, trufas del fútbol, toma asiento! ¡La realeza merengue te aguarda con los brazos abiertos! Así da la bienvenida Alvarito Arbeloa a su compinche Xabi Alonso, que en breve se enfundará la capa de superhéroe blanco, tomando el relevo del anciano sabio Ancelotti. El bueno de Arbeloa aprovecha la ocasión para recordar sus días de palomitas en el vestuario, no sin desvelar el misterioso motecillo de Xabi. Seguro que más de uno ya se está apostando los bocatas al imaginar qué apodo tan peculiar podría resonar en la cueva madridista.

Amigos como Batman y Robin, trompeta y trombón, o vuvuzela y oreja tapada. La conexión de este dinámico dúo empezó allá en el Liverpool, y entre goles y paellas, labraron una amistad que ni las fronteras pudieron disolver. Quien diría que aquellos saltos de alegría en el vestuario tras la Décima vendrían acompañados de abrazos en el césped y ahora, una amistad que muchos envidiarían, tanto como el pelo de Xabi. Sus mentes maquinaron jugadas maestras y celebraron hazañas épicas como ganar un Mundial –algo que ni yo en el FIFA he logrado.

El destino, o quizás un algoritmo con cariño, ha decidido que el universo futbolístico los vuelva a juntar. Los caminos de gloriosos trotamundos les traen ahora como los dos ‘jefazos’ en el Real Madrid. Si pensaras que la dirección iba a ser como pilotar el Halcón Milenario, te equivocas; dirigirán el barco blanco divididos, pero con la misma misión: llevar a sus equipos a la gloria, o al menos, evitar que el balón conceptual toque la red equivocada. Y si eres del Madrid, prepárate, porque la liga está a punto de convertirse en una telenovela de goles épicos y amistades inquebrantables.