Modric, el mago del campo que no envejece…

En el mundo del fútbol, donde un día eres un héroe y al siguiente una leyenda del meme, Modric es el comodín de la baraja, la carta que siempre sale bien. El tipo es como esos vaqueros viejos que nunca pasan de moda. Su pase es tan preciso que podría lanzar una aceituna a una hormiga desde 50 metros y no fallar. La duda sobre su continuidad en el Real Madrid es un asunto que tiene a los aficionados más tensos que un penalti decisivo. ¿Cómo se puede dudar de un mago que, con su varita, convierte balones en oro molido?

Resulta que nuestro querido Modric tiene más años que un fósil de dinosaurio, si le creemos al DNI. Pero, cuando salta al campo, es como el Benjamin Button del fútbol. ¿Suena como un abuelo gruñón? Falso. Luka es más bien ese abuelo que enseña a los nietos a chutar como profesionales y, de paso, les roba una piruleta. Algunos dirán que un joven le puede quitar el puesto, pero la verdad es que Modric es como ese entrenador Pokémon: si aparece un talento joven, él será el mejor Pikachu que el mundo haya visto.

La realidad es que, si Modric y Alonso siguen juntos otro año, podríamos emocionarnos más de lo que Silvia se emocionó con la vuelta de su serie favorita. Un Balón de Oro con la humildad de un monje tibetano, dispuesto a moverse por el campo como un ninja silencioso, es algo que se da pocas veces en la vida. Así que, Real Madrid, ¡no hay duda alguna! Denle la batuta a Modric, porque cuando él toca, todo el Bernabéu canta.