Golpes de talonario en el Mundial de Clubes…

Imagínatelo: los jugadores del Real Madrid en el vestuario, mirando las ofertas en una revista de yates de lujo, y alguien grita «¡Un millón de euros para cada uno si ganamos el Mundial de Clubes!». Se levantan de sus sillas tan rápido que podrían haber ganado una carrera contra un guepardo en patines. Florentino Pérez ha puesto la guinda final para que los chicos peleen en el campo como si fuera el último filete de la barbacoa de la temporada.

Pero ahí no acaba el festival, ¡oh no! Resulta que el Real Madrid tiene más movimientos de fichajes que yo de lunes a viernes buscando las llaves. El flamante Xabi Alonso, quien ahora se pasea por el banquillo como si fuera el amo del teatro, está a un pelo de convencer a medio mundo para que vista de blanco. Han llamado a Alexander Arnold, que podría llegar si el Liverpool lo deja ir, como el niño saliendo de casa cuando su mamá finalmente cede después de mil súplicas. Y no olvidemos a Álvaro Carreras, al que ya le tienen un uniforme reservado en Estados Unidos.

Y aún hay más: la búsqueda frenética por un centrocampista que pueda completar el rompecabezas futbolístico. Al paso que vamos, van a fichar a un ninja del balón que juegue en todo el campo al mismo tiempo. Hugo Larsson y demás candidatos están siendo explorados con más interés que el mapa del tesoro del mismísimo pirata Barbanegra. Con una cifra de ingreso que podría superar los 100 millones de euros si se alcanza el dorado trofeo, el Real Madrid se prepara para un verano que podría poner al mismísimo Pato Donald a considerarse madridista de corazón.