Una Bota de Oro que baila sola…
Imagina por un momento que eres Kylian Mbappé y, tras dejar el PSG, aterrizas en el Santiago Bernabéu en medio de más cámaras que un cumpleaños del Pato Donald. Empiezas a marcar goles como si fueras la reencarnación de Oliver Atom, hasta que te das cuenta de que la Liga se escapa de tus botas y vuela hacia el Camp Nou con la misma velocidad con la que un balón se cuela en la red tras un cañonazo tuyo.
Se dice que Mbappé ha aprendido de los libros de historia del Bernabéu, y está a punto de hacer su propio truco de magia al estilo Cristiano Ronaldo de 2015: ganar una Bota de Oro mientras su equipo se queda con las manos tan vacías como las de un mago sin conejo. El francés ha encandilado a la afición, bueno, al menos a aquellos que sigan recogiéndose las mandíbulas del suelo tras sus 29 goles en LaLiga.
Ahora, solo queda una jornada para que Mbappé haga su propia versión del ‘Bota de Oro, Plan A’. Quizás colivegar el título de goleador más voraz le quite el mal sabor de boca por ver a los culés llevándose el premio gordo. Ya lo decía Cristiano, en el fútbol a veces pareces ganar un Pulitzer, pero te quedas sin el libro en casa.