La Gran Despedida Estratégica…

¡Acuérdense de las películas tontas, que esta es un drama futbolero! En «La Casa Blanca», no hay descanso ni para tomarse un cafecito modesto. Justo terminamos de infartarnos viendo salir a Luka «El Increíble» Modric. Este galáctico con años de oro y chispa en los pies se va junto al misterio de qué champú usa. Pero, ¡alto ahí! ¡Que esto no acaba! Lucas Vázquez ya está haciendo las maletas entre lágrimas de cocodrilo y calcetines desperdigados, como un martes cualquiera.

Lucas, con más partidos de blanco que calcetines en el cajón de soltero, decide que es su momento de ir por el camino de la gatera. Como un ninja del fútbol sin focos, ha corrido por el campo más que una gallina escapando del zorro. No ha tenido que lucir medallas ni bailar con el Balón de Oro. Su secreto: un talento casi invisible que lo hace brillar solo cuando nadie está mirando, como la vez que encontró las llaves de casa.

Este fin de la era Vázquez parece una rima poética con Modric dejando el escenario. Pero no se engañen, señores, esto es «No es un adiós, es un hasta luego» en el idioma futbolero. Porque, ya saben, las puertas del fútbol siempre están abiertas, ¡aunque sea por la gatera! Así que mientras los gatos juegan con sus ovillos, los fans del Madrid cruzan los dedos para que su próxima salida sea hacia otro gol de campeonato.