Luka y las lágrimas de un maratón en el bus…

Luka Modric, el Picasso del mediocampo, dibujó su último cuadro en el Real Madrid con unas aguadas a lo Van Gogh: ¡lágrimas de cocodrilo en el autobús! Imagínate a Modric pegado al móvil, como si estuviera viendo la final de La Guerra de las Galaxias por primera vez. ¡Pero no! Era un WhatsApp que hizo caer a nuestro héroe más lágrimas que una cebolla en pleno corte.

Mientras él navegaba en el mar de sentimientos, ¡Lucas Vázquez al rescate! Entró en acción como un superhéroe sin capa, es decir, con la camiseta del Madrid bien puesta, y le ofreció un hombro consolador, como si fuera una almohada de plumas suaves. Ojo, no se sabe si luego se descargaron una app de meditación para equilibrar chakras o organizaron una fiesta sorpresa en el vestuario. ¡Un misterio más grande que quién decidió vender a Casillas!

Y es que no todos los días uno se despide de su casa futbolística durante 13 años, ¡una eternidad en años de perro! ¡Vamos, que hasta el entrenador lloró en varios idiomas! Modric se despide de ese campo que es casi tan famoso como las pelucas de los jueces. Desde luego, uno se puede ir del Bernabéu, pero el Bernabéu nunca se va del corazón. ¡Gracias, Luka! ¡Seguímos esperando que alguien celebre como tú su despedida, con más lágrimas que en una telenovela!