Bono, el arquero goloso del Real Madrid, pero que terminó en el desierto…

Nuestro intrépido guardameta, Yassine Bounou, conocido por el mundo del fútbol como Bono (y no precisamente por cantar en U2), estuvo a un paso de convertirse en el vigilante nocturno del arco del Real Madrid cuando el gran Courtois se rompió el cruzado. Sí, señoras y señores, ¡el cuasi fichaje del año! El Madrid quería a Bono cual mago del balón, pero decidió que era mejor un soplo de «Kepa-techo» desde Londres. Bono se quedó con las ganas de ser el nuevo mago del Bernabéu.

En una trama más retorcida que una novela de misterio, nuestro querido portero acabó en Al Hilal, gracias a que el Madrid se asustó por un mes de ausencias debido a la Copa África. Aquí imaginamos a los directivos diciendo: «¿Perder un mes de superguantes? Naaa, no podemos arriesgarnos a perder esos penaltis épicos». Y así, Bono tomó su billete de solo ida al mágico mundo de Arabia Saudí, donde jugó no menos que 87 partidos, recibió algún que otro gol, pero también dejó más de una portería a cero, ¡todo un juglar del área!

Ahora, el destino ha resurgido con sabor a revancha, y nuestro protagonista se verá las caras con su casi equipo, el Real Madrid, justo en el Mundial de Clubes. Imaginen la escena: Bono dispuesto a bloquear cada balón como si se tratara de mosquitos molestos en plena noche de camping. Esto ya suena como a una rivalidad de cómic en la que Bono, con su sonrisa de millonario, intentará hacer que esos 25 golazos pasados sean solo un mal recuerdo del pasado. Definitivamente, este es un partido que ni Batman ni Superman querrían perderse.