La danza de los puntos: como un Sudoku de la FIFA…
En la última jornada del Mundial de Clubes, el Real Madrid podría estar más atrapado que un gato en una tienda de ratones si no vence al Heilbronn Salzburgo Fútbol Aburrido Club. Imagina que hay un confeti de puntos y todos saltan con cinco. En ese caso, la FIFA saca su carta trampa con suficientes criterios para hacer girar la cabeza del mismísimo Sherlock Holmes.
El guión comienza con un clásico enfrentamiento de estilos: duelos directos, como un episodio especial de Dragon Ball con más confusión que épica. Si eso no es suficiente para destrabar el enredo, entonces se abre el libro de hechizos de la diferencia de goles. Si aún todo sigue enredado, como un par de auriculares en un bolsillo, se aplican los puntos de buen chico: que si te sacaron tarjetita amarilla aquí, que si otra peluda más allá. Y si nada funciona, pues nos vamos al sorteo, o lo que vendría siendo tirar un dado y esperar que no salga un seis del Diablo.
El conjunto pinturero de Xabi Alonso, si no quiere perder cabello antes de tiempo, necesita ganar al Salzburgo como esos héroes que siempre llevan una última carta en la manga. Claro, si logra hacerse con los tres puntos, conquistará el primer lugar del grupo y, con él, una entrada gratis a la montaña rusa de emociones llamada Manchester City. Eso sí, si quiere la segunda plaza como un experto en jugar al tetris, deberá bailar con la calculadora y esperar que Al Hilal le dé un empujoncito con tres goles. Y si no, pues ya saben, a por más aventuras en el cómic blanco y azul del fútbol mundial.