La epopeya física de los nuevos cracks…

Olvídate de Superman, ¡los verdaderos héroes están sobre el césped! Sí, amigos del balompié, el calendario futbolístico es más exigente que una suegra en plena Navidad. El Mundial de Clubes se ha convertido en un maratón por el Amazonas, pero con balones y porterías. ¡Un mes de fútbol sin descanso en lugar de las vacaciones! Seguro que los jugadores extrañan más las hamacas que el gol. Sus articulaciones y músculos son los verdaderos MVPs, ¡recorren más de 10 km por partido como si estuvieran persiguiendo al camión del helado!

Las condiciones climáticas se han empeñado en hacer de cada encuentro un desafío digno de Gladiator, con temperaturas dignas del infierno y humedad que haría sudar hasta a los pingüinos. Por cierto, ¡olvídate de los entrenamientos de antaño! Ahora, si parpadeas, te lo pierdes, porque el tiempo apenas da para calentar el café. Los equipos se han vuelto cazadores de genios físicos, buscando a esos delicatessen genéticos que prácticamente teletransportan su forma física entre partidos y sesiones de mini-pretemporadas.

Estos futbolistas son como superordenadores en calzoncillos, asimilando la velocidad aeróbica máxima y la fuerza relativa como si fueran a presentarse a MasterChef del deporte. Así es el nuevo fútbol, señores y señoras. Serán atletas disfrazados de futbolistas, ¡pero no menos emocionantes! No se extrañen si el día menos pensado un entrenador pone en su alineación al tipo que semanalmente gana la maratón de la comunidad.