El secreto es: ¡Red Bull en el desayuno!…

¡Gente del planeta fútbol! El ‘Pajarito’ Valverde ya no necesita jaula ni control aéreo. Con Xabi Alonso como su copiloto, el uruguayo surca los aires del campo como un avión supersónico que ha perdido el GPS. Después del fallo en el penalti ante Al Hilal, pensaron que iba a aterrizar, ¡pero nanay! Usó el error de trampolín y desde entonces ha estado volando más alto que un dron en plena vigilancia del vecindario.

¿Y quién necesita marcar goles cuando puedes ser Superfede, el hombre todoterreno que hace todo menos vender crispetas en las gradas? Contra la Juve fue el mostrador de estadísticas. Que sí, que fue MVP, pero claro, con cinco ocasiones generadas, seis recuperaciones, y rematando hasta la boya del córner. Y es que, si Haaland y Lautaro han sido capaces de igualarlo en disparos, seguro que usan objetivos inteligentes. Fede, sin embargo, es como un gatillo suelto: cada balón suyo está marcado como ‘frágil’.

Xabi Alonso lo lanza al campo como quien suelta a un kamikaze con GPS estropeado. Compararlo con Steven Gerrard no fue un piropo al azar; parece que firmaron un intercambio de poderes y ahora Valverde resulta ser la lámpara mágica. Decir que el fútbol es más fácil con Fede es como asegurar que un McFlurry se derrite al sol. Después del partido, Valverde bromeó que hasta se atreve con chilenas, sintiéndose como el Mandalorian en una galaxia de balonazos. Con 63 partidos de blanco en lo que va del año, Fede Valverde es la versión milenaria de la pila Duracell.