De Tigre a Madrid: ¡la travesía de un crack!…

Resulta que Gonzalo García, el joven goleador del Real Madrid, no nació con las botas blancas puestas, ¡sino en una aventura de guaraní y mate en Argentina! Como si de un cuento de Borges se tratase, sus primeras galopadas detrás de un balón tuvieron lugar en la pintoresca localidad de Tigre, donde cazaba goles como quien espanta mosquitos en verano. ¡Eso a sus tiernos 6 años! Durante un par de años, allá por el museo del mate, jugó en el Club Santa Bárbara, que no tiene nada que ver con la santa patrona pero sí con un futuro fichaje de novela.

Nuestra promesa del baluarte madrileño dio sus primeras patadas en las pampas argentinas y luego regresó a la madre patria en un vuelo solo de ida, como si fuese de una telenovela. Desembarcó de nuevo en España justito a tiempo para meterse en el RACE Jarama y más tarde husmear por Valdebebas, ¡todo mientras su padre jugaba al Tetris laboral por el mundo! Sin embargo, Gonzalo tenía claro que la camiseta a rayas rojas de Tigre era solo el preludio a la bien planchada camiseta blanca blanca blanca del Madrid, ¡tan blanca que venden el quitamanchas en el Bernabéu!

Pero esto no se queda ahí, ¿eh? Gonzalo, como si fuese el Indiana Jones del balompié, también hizo una breve escala en la paradisiaca isla de Mallorca, donde jugó durante un año por otro traslado de su papá, un gerente de viajes que seguro colecciona millas aéreas por hobby. Aunque volvió rápido al cuartel de La Fábrica, donde le esperaba su abuela con más croquetas que goles se escaparon el año pasado de su bota derecha. Hoy, con 21 añazos, está demostrándole al mundo que el que nace para goleador, ¡termina pichichi del Mundial de Clubes!