Franco y la leyenda de la doble vida…
Franco Mastantuono nos dejó boquiabiertos este domingo, jugando al tenis como si fuera el mismísimo Roger Federer disfrazado de futbolista. Este joven argentino, antes de convertirse en el flameante fichaje del Real Madrid, decidió desempolvar su raqueta y revivir los días en que le partía el alma a su familia para elegir entre el balón y la raqueta. ¡Menudo dilema, como cambiar entre Messi y Nadal! Acompañado por Bauti Vilicich, un tenista que es tan bueno que solo su nombre ya suena a campeón de Grand Slam.
El Club de Remo de Azul fue el escenario de esta nostálgica vuelta al pasado. Allí, Franco no solo demostró que aún maneja el revés con la elegancia de un pato propulsado por turbo, sino que también nos recordó que, a veces, es bueno volver a lo que amamos antes de enfrentarse a la jungla de los galácticos. Este chico parece tener más duende que una feria de abril, con esos valores arraigados que ya nos avisan de lo bien que encajará en el vestuario madridista.
A sus 17 años, el viaje de Franco hacia Chamartín es un trayecto digno de una novela de aventuras. Su habilidad para mantener los pies firmes en la tierra, mientras su nombre se convierte en una tormenta mediática, es la envidia de cualquier superhéroe. A diferencia de Spiderman, nuestro Franco no se desliza por las paredes, pero sí sabe hacer equilibrios entre el fútbol y el tenis, demostrando que, aunque cambie la camiseta blanca por la de pelotaria, su pasión por el deporte sigue siendo titánica. ¡Agárrense madridistas, que este chico viene con raqueta incluida!