El club de los castigados…

En un giro de guion digno de las mejores telenovelas, Pacho y Lucas Hernández, los rebeldes del PSG, tendrán que ver la hipotética final desde su sofá de terciopelo por acumulación de travesuras. En el partido contra el Bayern, estos pícaros decidieron jugar al «quién comete la falta más contundente», llevándose como premio dos partidos de sanción. En el país donde el croissant es monarca, los fans lloran más que la cebolla en el mercado de domingo.

Mientras tanto, en un plot twist digno de Oscar, Huijsen, el honorable caballero blanco del Real Madrid, recibe solo un tirón de orejas en forma de un único partido de sanción. Lo curioso de todo esto es que a FIFA, la abuela disciplinaria del fútbol, se le olvidó que existía el Código Penal de La Liga de Emociones, donde «juego brusco y grave» suena más como una broma de mal gusto que como un delito.

Pero no os preocupéis, amigos del fútbol, el show debe continuar. Estos castigos llegaron envueltos en una delicada caja de «tú no jugarás la final si el destino te sonríe», lo cual nos recuerda que el fútbol es como el televisor de la abuela: nunca sabes si va a seguir funcionando o te dejará con la pantalla en blanco en el momento más emocionante.