El tridilema galáctico de Xabi Alonso…
Xabi Alonso, el Mozart de los banquillos, se encuentra en un álbum de cromos imposible. Nadie esperaba que este tolosarra se quedara sin tinta a la hora de escribir su alineación titular. Con una mirada más afilada que un saque de córner de Bale, Alonso baraja una jugada que dejaría en pañales al mismísimo Tsubasa: un trío ofensivo con más goles que las palomas de la Plaza Mayor. Mbappé, Gonzalo y Vinicius, si te estás rascando la cabeza, no, no es el nuevo anuncio de Marvel, sino el posible trío atacante del Madrid.
Imaginen el caos en el pizzarón del cerebro de Xabi, de esos que ni el mejor detective de Scotland Yard resolvería. El cambio requiere pasar de un 5-3-2 que ni Da Vinci habría pintado mejor, a un 4-3-3 digno de una ópera espacial. Claro, dejar a un cañón como Gonzalo es como tener un Messi en la grada haciendo de comentarista; simplemente no va. Pero claro, tampoco puede meter a todos sin convertir el campo en una fiesta con más goles que el Mundial de los años locos.
Con Tchouaméni en modo central (como un Transformer futbolístico) y un Arda Güler destapado cual botella de champagne, la jugada magistral de Alonso necesita una calculadora para sumar talento. El PSG podría amenazar con su juego de PlayStation, pero Xabi prepara la táctica como una receta con sabor a victoria. Si logra este equilibrio entre estrellas, la alineación del Real Madrid podría ser la octava maravilla del balón.