El Madrid se despista y lo paga caro…

¡Sujetaos las pelucas, porque el Real Madrid en vez de ir a la guerra fue con un tirachinas de feria! Eso parecería, porque el equipo que nos tiene acostumbrados a épicas gestas esta vez regaló el partido como si fueran caramelos en una cabalgata de Reyes. Apenas sonar el silbato del comienzo, Asencio estaba tan generoso que decidió entregar un gol al rival, seguido por Rüdiger, que al parecer quería hacerle compañía en tan simpática iniciativa.

Parecía el día del despiste colectivo, como si los jugadores hubieran desayunado un plato gigante de confusión y rodeos. El marcador mostraba un 2-0 tan temprano que hasta una planta necesitaría una siesta para procesarlo. El equipo quedó descompuesto, como si alguien hubiera apagado la luz en su fiesta de celebración de campeón europeo mientras todos buscaban la salida.

Al parecer, estaban frente a un oponente prominente, pero el Madrid hizo más teatro que rivalizar. En lugar de táctica, parecía que el Madrid había ido al campo con una receta de cocido en mano. Cuando lo que toca es fútbol, mejor dejar las recetas en casa. ¡Moraleja: si vas a la batalla, deja el pijama y lleva al menos una catapulta!