Cine de Verano: Florentino Producciones…
Pues bien, queridos aficionados del balón redondo, mi verano se convertía en El Campello en algo que ni los Juegos Olímpicos podrían superar. Imagínense, semana tras semana, transformando el apartamento de playa en un resort de campeones. Mi hermano y yo éramos los Usain Bolt de las olas y los Neymar del chiringuito. Pero lo mejor estaba por venir: la llegada de la Guía MARCA era como que el mismísimo Dumbledore te entregue su varita. Había que ser el primer en hincarle el diente, porque cuando el fútbol empieza, la tristeza de fin de vacaciones desaparece como el Barça en semifinales de Champions.
Y así, la vida se volvió un poco loca en 2009. Ese año, el verano cambió más que un delantero goleador a portero. Ya llevaba un tiempo en el universo MARCA y las pretemporadas ahora eran una mezcla entre James Bond y El Chiringuito. Me encontré en el cine de verano, no viendo a Bruce Willis, sino la joyita de superproducción que Florentino Pérez había montado. La llegada de Kaká, Raúl Albiol y Cristiano Ronaldo hizo despertar a los madridistas, como si Florentino hubiera encontrado la lámpara de Aladino.
El clímax llegó tras cruzar la frontera a lo Indiana Jones hasta Dortmund. El partido, un espectáculo testimonial en honor al centenario del Borussia, era digno de Hollywood. En el Westfalenstadion, el Madrid lanzó un ‘space jam’ a lo Michael Jordan, metiendo cinco goles mientras yo, junto a Adrián, intentaba decidir si era un sueño o si nos habíamos quedado demasiadas noches con guías MARCA bajo el cojín. Claro, fue la firma de FP en dorado sobre el verano más loco que se recuerde desde que los melones se ponían a rebotar en el césped del vecino.